domingo, 30 de enero de 2011

Cantón, investigado por la PGR

El 22 de abril de 2002, de acuerdo al oficio 893, del expediente A.C. 220/2002-1, el licenciado Juan Gilberto Sánchez Gómez, agente del Ministerio Público Federal, titular de la Agencia Primera de Investigadora, giró instrucciones al Jefe Regional de la Agencia Federal de Investigaciones, para que se investigara a los “C.C. Ponciano Vázquez Lagunes, Miguel Cantón Zetina, Hernán Bermúdez Requena y Juan Arellano Jaimes, a quienes se vincula con hechos de narcotráfico”.

El documento oficial. Tras los pasos de la mafia.

Para darse una idea de la importancia que le daban las autoridades al tema y la seriedad de esa lista, hay que decir que Miguel Cantón y su compadre Hernán Bermúdez Requena compartían sospecha con Juan Arellano, un narco que ya había sido detenido en 2001 por tratar de viajar de Villahermosa al DF con un cargamento de casi 75 kilogramos de cocaína. Para el año en que se envió la notificación a las altas esferas de la PGR, la revista Dia Siete (edición del 14 de marzo) consideraba a Arellano Jaimes como el jefe de las drogas en la región: “El narcotráfico en Tabasco estrena capo. Con la detención de Benjamín Arellano tras el ajusticiamiento de su hermano Ramón en Mazatlán, Sinaloa, el asesinato de don Jesús Chuy Zepeda Murillo y los reacomodos que realizan los cárteles que operan en Tijuana, el Golfo y Ciudad Juárez, colocaron a Juan Arellano Jaime como el nuevo capo en Tabasco”.

jueves, 27 de enero de 2011

Línea de investigación oficial

Mientras la PGR investigaba quiénes se reunían con Villanueva, en mayo de 2002, la detención de José Albino Quintero Meraz, Don Beto, que era uno de los más importantes capos mexicanos de la droga, facilitó esa línea de investigación. Don Beto, proporcionó a la PGR detalles de la protección que recibían del gobierno de Quintana Roo, y los nombres de quienes se reunían con El Chueco. En esa lista estaba el “periodista” Miguel Cantón Zetina.

“Conocí a Mario Villanueva por conducto de Alcides Magaña Ramón, El Metro, en 1997. Me lo presentó en el segundo piso del hotel Casa Maya de Cancún, en una habitación de Óscar Benjamín García, El Rambo, ex subdelegado de la PGR y subdirector de la policía estatal de Quintana Roo (…) En esa ocasión estuvimos El Metro, el señor Villanueva, el director de la policía judicial de apellido Marín Carrillo y
yo. (…) Días antes, El Metro, me dijo que le iba a dar dinero al señor gobernador para que no nos molestara y permitieran al cártel de Juárez recibir sin ningún problema los cargamentos de cocaína procedentes de Colombia (…) Volví a ver al gobernador tres meses después en la misma habitación, platicamos Óscar Benjamín, Mario Villanueva y yo, tomamos cerveza y recuerdo que se comentó que iban a llevarle unas muchachas al gobernador; el ofrecimiento lo hizo El Metro (…) En esos días El Metro, me pidió una fotografía y fotos de Rubén Félix, Miguel González y Antonio Valdés, mi cuñado que en realidad se llamaba Álvaro Muñoz, dijo que las fotos eran para que Mario Villanueva nos proporcionara credenciales de la policía judicial del estado, a mí nunca me la entregaron (…) Estaba tan encabronado con él, que cuando me presentó a un periodista de apellido Cantón Zetina, ni la mano le di, estábamos en el lobby del hotel Casa Maya, luego todos subieron a la habitación del segundo piso y yo me retiré”.

Aprehenden al Chueco Villanueva

El 24 de mayo de 2001, en Cancún, el gobernador Villanueva fue aprehendido por la policía investigadora de la Procuraduría General de la República (PGR) en Quintana Roo. Miguel Cantón temeroso de ser investigado ordenó que destacaran en Tabasco Hoy, donde lo habían recibido con bombos y platillos, la nota de la caída de su compadre El Chueco, para desviar cualquier sospecha.

Quizá el remordimiento por su actitud fue lo que hizo que siete años después, en 2008, se decidiera a salir a la luz pública otra vez aliado con la familia del ex gobernador Villanueva al apoyar en Cancún la campaña de su hijo Carlos Mario Villanueva Tenorio, quien fue postulado por el PRI a una diputación local, a quien aportó 2 millones de dólares y en quien ve, para sus intereses, “a un prospecto de gobernador”.

miércoles, 26 de enero de 2011

Ego y búsqueda de prestigio social

La mayoría de los miembros de esta mafia se ha manejado con extrema discreción, no así el Chino Miguel Cantón, ya que su ego lo imposibilita para controlar su irrefrenable ambición de riquezas, poder y ostentación, conducta que lo pone en evidencia. Quiere a toda costa tener prestigio social y ascender a la escala del jet-set, pero sus orígenes y sus nexos con personajes ligados al narco dan al traste con sus aspiraciones.
Ejemplo de su comportamiento es la relación que tuvo con el ex gobernador de  Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, El Chueco, a quien hizo su compadre y le dedicó extensas páginas del diario Tabasco Hoy, con motivo de las constantes visitas que el ahora reo le hizo. En una de sus últimas visitas, realizada en octubre de 1998, Cantón publicó una imagen de ambos, él chorreando el orgullo, en cuyo pie de foto mandó a poner: “MARIO VILLANUEVA y Miguel Cantón Zetina, dos jóvenes impulsores de la política y el periodismo, respectivamente”.


Como no da golpe sin huarache, vio en esta relación la oportunidad única de hacer negocios en la zona turística caribeña, la Riviera Maya. De hecho convenció a Villanueva a invertir en el periodiquillo: Que todo Quintana Roo lo sepa, un título extravagante para dar a conocer la obra de gobierno, donde ganó jugosos embutes.
Con Villanueva comenzó a relacionarse con los grandes capos del narcotráfico internacional, en el hotel Casa Maya de Cancún, conoció a Alcides Ramón Magaña, El Metro, cabeza en Tabasco del cártel de Juárez del extinto Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos, a quien Villanueva daba protección para el trasiego de la droga a los Estados Unidos, como se ha comprobado en los expedientes penales que mantienen a ambos personajes en la cárcel.


martes, 25 de enero de 2011

Árbol que crece torcido…

Desarrollado en un ambiente de corrupción, Miguel Cantón Zetina alias El Chino, en menos de dos décadas logró convertirse en un magnate del periodismo en el sureste mexicano y con la enorme fortuna amasada en ese corto tiempo, pudo diversificar sus inversiones hacia sectores como el de las comunicaciones, los bienes raíces, los deportes y la hotelería.
Debido a su sorprendente enriquecimiento, adicciones y sus compadrazgos, es constantemente acusado de evadir impuestos, lavar dinero y traficar con narcóticos y armas. Pese a que ha salido impune “de los ataques de sus enemigos para dañar su honorabilidad”, su poderío menguante ya no le alcanza para impedir que, en los últimos años, la sola mención de su nombre en algún negocio, empresa o movimiento bancario, detone las alertas de la Secretaría de Hacienda, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).
No obstante, junto a compadres, amigos y socios, construyó hacia fines de los años 80s’ y principios de los 90s’, una organización delictiva que se infiltró en el gobierno de Tabasco y en las instituciones encargadas de combatir el crimen.
Las cabezas más visibles de esta mafia tabasqueña son: Miguel Cantón Zetina; el ex director de Seguridad Pública y ex subsecretario de Seguridad y Readaptación Social, Hernán Bermúdez Requena; el ex Procurador de Justicia del Estado y ex secretario de Gobierno, Jaime Lastra Bastar; el Notario Público Narciso Oropeza Andrade; el empresario Manuel Felipe Ordóñez Galán; el periodista Mario Ibarra Lizárraga; el capo de las drogas, Juan Arellano Jaimes; el ex comandante de la Policía Federal de Caminos, Reynaldo Ascencio Cavazos; el ex director de Tránsito del Estado, Jaime Echeverría Gómez; y el restaurantero Gustavo Falcón Pérez.
De acuerdo a informes periodísticos, esta pandilla opera extendiendo sus tentáculos hacia varios frentes: brinda protección a traficantes de armas y narcóticos desde el gobierno tabasqueño y con los medios de comunicación (prensa y radio) propiedad de Miguel Cantón, desvía la atención de la opinión pública cuando se requiere.
Al Chino Cantón y su banda, se le ha podido comprobar nexos con la organización de los  desaparecidos hermanos Acosta Lagunes; con el cártel de Sinaloa del Chapo Guzmán; con el cártel del Golfo de Ezequiel Cárdenas Guillén; y con el de Juárez, desde los tiempos del extinto Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos, y ahora de Vicente Carrillo Fuentes y su sobrino Vicente Carrillo Leyva; esa estrategia es para muchos, la clave de su éxito: servirles a todos y no confrontarse con ninguno, sin embargo, hay una piedra en su zapato: los temibles y sanguinarios Zetas, que le enviaron al diario Tabasco Hoy, una cabeza cercenada de un pobre individuo que fue sacrificado, se dijo, por delatar la ubicación de una de sus casas de seguridad en la zona conurbada de Villahermosa.

La Mafia Cantón Zetina

La Mafia Cantón Zetina, es un sensacional relato que llevará al lector por los torcidos vericuetos del chantaje, las traiciones y el embute, con los que una familia de “periodistas” y políticos construyeron un imperio de riqueza en el sureste mexicano.




Encompadrados con estos capos, han sido voceros de la mafia, utilizan su aparato propagandísticos y son capaz de poner en jaque a gobiernos e instituciones con el poder que les da la presencia de sus medios escritos y radiofónicos.


Hotel Quinta Real Villahermosa es el hotel más lujoso ubicado en la capital tabasqueña pero tambien el mas cuestionado por el origen de la fortuna de su propietario, un empresario al que se le vincula con intereses mafiosos, de nombre Miguel Canton Zetina.


A todo le entran con chantajes, durante toda su trayectoria estos capos del periodismo han utilizado a la extorción como medio para enriquecerse ilícitamente, tememos por ejemplo la calumnia al gobernador de Campeche Jorge Salomón Azar García, el chantaje a los hermanos Saint Martin capos de la “industria de la remediación ecológica” en Pemex y el arrebato de los lagartos de tabasco.



Denuncia el artista haber recibido tres llamadas a su celular para exigirle $500,000.00, el actor y cantante Eduardo Antonio Jiménez, compositor del tema principal de la telenovela “Yo Amo a Juan Querendón”, reveló haber sido víctima de una filmación clandestina en una de las habitaciones del hotel Quinta Real de Villahermosa, Tabasco, y de un intento de extorsión, por lo cual presentó la denuncia correspondiente por violación a su privacidad.