sábado, 5 de febrero de 2011

Unos lagartos en el deporte

En su faceta como “impulsor del deporte” a base de chantajes, para variar, Miguel recibió apoyo millonario del gobierno encabezado por Manuel Andrade Díaz, quien además les cedió el estadio olímpico de Villahermosa. Por intermediación del político del clan, Óscar Cantón, el mandatario tabasqueño aceptó recibir en la residencia oficial Quinta Grijalva, a directivos y jugadores del club, que agradecieron el apoyo recibido.
La Verdad del Sureste publicó a ocho columnas en su edición del 26 de enero del 2004, que “Andrade cede al chantaje de Miguel Cantón Zetina”. En el matutino se ampliaba la información (página 23): “El llamado gobierno de las Soluciones cedió finalmente a los chantajes de Miguel Cantón Zetina y con dinero de los tabasqueños financiará al equipo de primera división “A” Lagartos de Tabasco, propiedad del dueño del Tabasco Hoy, cuando en el estado hay otros asuntos más prioritarios que requieren urgente atención”.

Manuel Andrade les dio todo y al final, también le pagaron mal.

Agregaba la nota: “No solo Cantón Zetina consiguió obtener financiamiento público para su escuadra, sino que convirtió a Manuel Andrade Díaz en el primer hincha de los Lagartos que inesperadamente, tuvieron un pésimo debut en casa pues cayeron derrotados en el Olímpico por tres goles a dos ante el Inter Riviera Maya (…) cuando todo mundo esperaba un triunfo”.
Y es que Andrade Díaz aceptó enfundarse en una camiseta de los Lagartos, y posó al lado del propietario del club para la foto, y como siempre, al día siguiente amaneció en la portada del cuestionado rotativo. La oficina de prensa del gobierno estatal divulgó parte del mensaje del mandatario en el encuentro privado, que fue retomado por el periodista Armando Guzmán en su columna Tumbando Caña. En su intervención, Andrade habría dicho: “(…) Recibirlos aquí tiene una especial significación porque además, uno recibe en su casa a quienes son sus amigos, a quien se tiene el deseo de consolidar una relación, a quienes se les tiene aprecio y sobre todo, a quienes se valora y se estima”.
Más adelante, el entonces gobernador tocaba el tema que le interesaba a Cantón: “La dificultad que nosotros hemos tenido es cómo lograr canalizar mayores apoyos del gobierno sin que tengamos problemas de carácter legal en la comprobación de nuestras cuentas (…). Ya encontramos un mecanismo para poder apoyar al equipo, independientemente de lo que ya veníamos haciendo, con la idea de no dejar solo el esfuerzo de don Miguel Cantón”. El apoyo gubernamental se tradujo no sólo en la cesión del estadio olímpico que era convertido en una gran cantina y un gigantesco basurero que limpiaban empleados estatales los lunes siguientes a los partidos, sino en la compra obligada de boletos que la administración estatal repartía a sus empleados para que fueran a consumir cerveza y a ver perder al equipo “de casa”.
Después de una desastrosa campaña, Cantón se abrió a la idea de vender la franquicia para salir del problema que le generó el cansancio gubernamental de apoyar algo que se había convertido en un barril sin fondo. Oscar Cantón le propuso a Miguel voltear hacia Veracruz, donde gobierna su nuevo mecenas: Fidel Herrera Beltrán. ¿Por qué Fidel? Porque mantiene una relación estrecha con Oscar, de quien fue compañero en el Senado, y porque éste les debía el favor de que durante su campaña electoral, Miguel le había prestado su jet privado.

Oscar Cantón y Fidel Herrera. Los turbios negocios del poder.

Antes de llevarse su equipo a otro lado, los adeudos en sueldos que tenía Cantón con los jugadores los cubrió el gobierno de Tabasco vía el secretario particular de Andrade, Carlos Madrazo Cadenas, a quien en pago de los favores, Samuel, el columnista de la familia, le puso el mote (y se lo publica cada vez que puede) del “más mierda” de ese gabinete. La bancada perredista en el Congreso del estado, acusó al gobernador Manuel Andrade de haber violado la Ley de Fomento al Deporte, que establece que el apoyo gubernamental debe ser destinado a instancias deportivas no profesionales ni privadas. Pero pasado el tiempo, nadie se acordó más del asunto y Lagartos es hoy Tiburones de Coatzacoalcos sin que nadie diga nada

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